Apple lo ha vuelto a hacer. La compañía de la manzana está curtida en esto de las presentaciones multitudinarias y sabe perfectamente cómo crear expectación desde meses antes al lanzamiento de sus productos estrella. Un secretismo absoluto, unido a pequeñas y controladas filtraciones aquí y allá, en los momentos y los círculos precisos, han ahorrado a Steve Jobs y su imperio millones de dólares en publicidad. Ya se encargan los diarios de todo el mundo, las revistas, la televisión y los miles y miles de blogs, portales y webs especializados en tecnología de hacerla por él.
Con el nuevo iPad que el pasado 27 de enero vio la luz en el Yerba Buena Center de San Francisco no iba a ser menos. Una puesta en escena de auténtico lujo, un control absoluto sobre la organización y el tener a todos los seguidores de Apple mordiéndose las uñas desde hacía meses hicieron el resto. La presentación de lo que Jobs ha decidido situar en el mercado como un dispositivo a medio camino entre teléfonos móviles y portátiles, con el que además se quiere derribar de un solo golpe a los que ya (al menos en apariencia, porque sin duda no en tiempo de vida) parecen anticuados lectores de ebooks, fue todo un éxito.
Ahora, más allá de la expectación creada, toca leer también críticas. Y bastante duras, por cierto. ¿Es realmente este iPad un producto nuevo, o en los laboratorios de Apple han estirado el iPod Touch para vendérnoslo como si fuera el hallazgo tecnológico del año? No voy a repetir aquí todas las carencias que ya han detallado expertos en la materia y que pueden leerse en multitud de blogs, pero lo cierto es que parece más lo segundo que lo primero. ¿Qué hueco viene entonces a cubrir este dispositivo? ¿Acudirán a él los incondicionales de Apple en busca del lector de ebooks definitivo? ¿Abandonarán los usuarios de mini-portátiles sus herramientas de trabajo para pasarse a un aparato que no es multitarea? ¿Les hace falta para algo a los usuarios de un iPhone o un iPod Touch? A primera vista y sin haberlo probado, lo cierto es que el iPad parece un producto demasiado caro para ser usado como lector de ebooks, insuficiente si lo que queremos es un ordenador y grande e incómodo para una consola de videojuegos. Por no mencionar que, obviamente, no es un teléfono. Ahora bien, si queremos un todo-en-uno diferente, con un diseño atractivo, buena navegación por Internet y sobre todo (y aquí es donde Apple también ha demostrado una fuerza inmensa) con una iTunes Store cargada hasta el tope de música, películas, series de televisión, podcast y aplicaciones a mansalva que no paran de aumentar cada día, entonces quizás este iPad sea una adquisición inteligente.
¿Estamos pues ante una nueva revolución made in Apple o se terminarán imponiendo las carencias que muchos ya han descrito para llevar el dispositivo al olvido? Habrá que esperar a su lanzamiento pero, de momento, ya son muchos sin duda los que están en lista de espera para tener uno en sus manos.
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